domingo, 31 de julio de 2016

Una Arnothy más cercana

Cuando la conocí  ella era poco más que una adolescente. Y este año después de no haberla visto desde el siglo pasado parece que la diferencia de edad se haya atenuado. Siempre supe que tenía esos ojos espectaculares,  pero  la sigo viendo muy joven para un tipo tan aburrido y marginal como yo. Aunque mi impresión después de varios encuentros fortuitos  es que yo no le parezco tan mayor.
29 de noviembre de 2016Siempre quiero atenuar cierta vanidad en la que uno cae cuando cree que gusta. Uno va cumpliendo años y ese recordatorio te reconduce al suelo, pero también puede resultar que ese suelo o esa realidad precisamente sea la que no te acababas de creer por cierto decoro . Y de nuevo tengo que recurrir a la cita de Marai que hace poco utilicé en celdas de papel y que recordaba de  La herencia de Eszter. El domingo 27 de noviembre hubo que decir no al mar no sólo por la persistente lluvia y por el estado del mar, y recordaba el 27 de noviembre de 1997 cuando debido al mal estado del mar casi muero haciendo vela ligera, y cuya practica  a raíz de aquello abandoné . Esta vez la  lluvia que en otras circunstancias hubiese sido insoportable se convirtió en cambio en una banda sonora apropiada a las circunstancias, y dieron un sabor bien distinto a aquella otoñal tarde de 1997 en que con riesgo de muerte por el golpe del mástil acabé de urgencias  en el Hospital del Mar  y con la frente remendada. De aquel día siempre me he acordado y de este domingo también siempre me acordaré, aunque a veces es mejor el olvido, cosa que será imposible. El sentido se puede perder la razón no y aunque parezca una inconveniencia sentirlo y más confesarlo, una de las sensaciones que he tenido y no sé la razón es sentirme King Kong,aunque sólo sea por un vergonzante atavismo  de auto expresarme satisfacción golpeando me el pecho con algún contenido grito.