Supongo que algo habrá de cierto que en la adolescencia y la primera juventud y tal vez en la niñez se forja el carácter, y no lo digo en un sentido heroico, sino el carácter de cualquier forma, sea para salir airoso del trance de la vida o sea para hundirse en ella.
Ahora que atravesamos junio, compruebo la importancia que este mes ha tenido en mi biografía, sobre todo desde que hace dos años me supone una desgraciada cita con mi destino inmediato. Y recuerdo 6 junios que de mejor forma y con más fortuna influyeron en mi vida y que afirmaron mi apetencia por el enclaustramiento y el entrenamiento para el aislamiento, lo que sumado a mi actual cuesta abajo provoca un combinado peculiar.
Aunque ella sabe de mis absolutamente rutinarias tardes encerrado en mi habitación, ayer que se presentó a verme, no dejó de comentar la desagradable sensación que le produce saberme encerrado desde temprana hora de la tarde hasta el día siguiente en tan poco espacio y entregado a mi asocial y esencial vicio: la lectura [ las palabras son mias].
Supongo que la primaveral o veraniega tarde invita más al paseo, pero yo entrenado probablemente por aquellos junios de examenes, y herido hoy por los actuales, no aborrezco del enclaustramiento, ni de una inexplicable lectura metódica sometiendo el libro a un tiempo prefijado de lectura como si de temas de oposición se tratara. Y aunque al principio no estaba sometido a esta disciplina, hoy no concibo leer un libro sino en el tiempo que preveo y que siempre cumplo, y que por supuesto intenta ser de pocos días.
Sí, me he acostumbrado a sustituir las relaciones sexuales por las olas, y las personas por las lecturas, y aunque le quite la razón cuando me califica sin piedad de sociopata, no se desencamina mucho, pues ella sabe que a la mayoría de las personas que conozco me daría igual no volver a verlas , incluso algunas de ellas preferiría no volver a ver más, y probablemente algo peor.
Bueno, ¿y qué?. Al fin y al cabo el amor creo que a largo plazo y al final no da la felicidad y siempre acaba tarde o temprano afligiendo el alma.
20 de junio de 2012: Sí, ayer fue la última tarde con Ella en la celda 315. Pero Ella no es ella, Ella es la novela de Gabor Vaszary.
¿O.K o K.O? 26 de junio
Aunque existirán muchas graduaciones, me pregunto si uno puede sintetizar su pasar entre el O.K. y el K.O. Las cosas van bien o van mal, pero ¿ir tirando qué es: O.K. o es K.O.?
Aunque existirán muchas graduaciones, me pregunto si uno puede sintetizar su pasar entre el O.K. y el K.O. Las cosas van bien o van mal, pero ¿ir tirando qué es: O.K. o es K.O.?
¿Es aceptable entender que tu ir tirando es más KO que OK?
Sin pretender ser desagradecido con la Providencia, también es lícito desear [no digo exigir] un determinado nivel de prestaciones a la vida con tal de que se sea consciente de la relatividad de los logros.
Sin pretender ser desagradecido con la Providencia, también es lícito desear [no digo exigir] un determinado nivel de prestaciones a la vida con tal de que se sea consciente de la relatividad de los logros.
Lo que de ningún modo puede tener reproche alguno es la percepción que uno tiene de su saldo vital; y si ésta es de fracaso o decepción. Aquella no puede tildarse de falsa, pues las percepciones por el hecho de tenerlas son ciertas, aunque otro en esas mismas circunstacias tuviese una percepción distinta.
Ya sé que en mi percepcionado K.O. personal voy tirando, pero también es una realidad objetiva que no recibo actualmente en mi entorno personal ninguna buena noticia por la que tenga nada que celebrar . Y todo empezó cuando llegó este siglo XXI, pues el siglo pasado y no por ser el de juventud sí que puedo considerarlo satisfactorio.